FANTASMAS EN EL CEMENTERIO DE LA RECOLETA

Por Marco Bustamante | Hace unas horas, visitamos la necrópolis más reconocida de la ciudad de Buenos Aires. Nos acompañó la vidente Aristida, también conocida como «La Mística», con el objetivo de llevar a cabo un relevamiento de las energías presentes en el lugar.

LA DAMA DE BLANCO

Luz María, hija del dramaturgo Enrique García Velloso, murió de leucemia en 1925, a los 15 años. Su madre, al filo de la locura, consiguió un permiso especial para pernoctar en un rincón de la cripta. Una noche, un joven de la alta sociedad porteña vio a una chica llorando en la calle trasera del , completamente vestida de blanco. Se acercó y, deslumbrado por su belleza, la invitó a tomar un café en «La Veredita» (actualmente “La Biela”).

Luego del café, se besaron y ella dijo que su nombre era Luz María. De pronto, ella huyó, gritando que ya era tarde, y al levantarse volcó café en el saco que él le había puesto sobre los hombros durante su llanto. Él la siguió, pero su figura se desvaneció en la entrada del cementerio. Desesperado, empezó a golpear el portón con insistencia hasta que el cuidador lo dejó entrar. Y allí, en la primera calle, en la bóveda que llevaba su nombre, pudo ver lo inimaginable: sobre una figura yacente de mármol, estaba su saco manchado de café. Debajo, en la escultura, reconoció el rostro de la chica que lloraba, la que volcó su café, la que él besó y perdió para siempre.

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