Desde el principio de los tiempos, los relatos míticos —construcciones sociales y simbólicas— se convirtieron en la herramienta que encontró el ser humano para aprehender la naturaleza, explicarla y, también, dominarla. En ellos, los dioses —dadores de dones y castigos— ordenaban la vida de los pueblos. Las leyendas, en cambio, conformaron el repertorio de relatos construidos culturalmente, destinados a dar respuesta a hechos del entorno próximo y a los fenómenos de la naturaleza.
En Argentina, esas narraciones se fundaron sobre el panteón de seres mitológicos de las diferentes culturas indígenas que habitaron el territorio. Luego de la colonización, las tradiciones indígenas se entrelazaron con la hispánica. De estos relatos trata la muestra Bestiario nacional. Criaturas del imaginario argentino, que es, además, una invitación a conocer el abundante material hemerobibliográfico que aborda esta temática y que la Biblioteca Nacional conserva en el acervo de sus salas especiales.
La muestra está estructurada en cinco regiones geográficas, en las cuales se destacan algunos de los seres mitológicos más emblemáticos: el Pombero, el Lobizón y el Yasí Yateré en el litoral, el Runa Uturunco y el Ucumar en el noroeste, las aves mágicas de cuyo, la Luz Mala y el Chancho de Lata en la pampa y los duendes de los bosques patagónicos, junto a otros seres que atraviesan todas las regiones y pueblan diferentes espacios, como el Mandinga, las brujas y La Mulánima, entre otros.